


Mediante el juego de fantasía o dramático, el niño o la niña pues intenta nuevos papeles y situaciones posibles y lo experimenta con el lenguaje y las emociones mediante el juego de fantasía.
Además, desarrolla un pensamiento flexible, aprende a crear más allá de la aquí y ahora, ensanchando la imaginación.
Satisfaciendo así sus deseos y necesidades.
Los niñ@s representan los problemas que en verdad les perturban y a través del juego con temas repetitivos comienzan su proceso de curación.
Ellos deben creer que están a salvo y que pueden hacer lo que quieran en el cuarto del juego sintiéndose seguros.
Por ejemplo, asumen el papel de la maestra o del maestro o del padre y le dan al terapeuta el papel del niño o niña.